jueves, 29 de septiembre de 2011

Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Nacional de Educación, Cultura, Recreación y Deporte 1984-1988

Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) no presentó un plan aislado de educación, como había sucedido en los dos gobiernos anteriores, sino que la nueva administración que tomó posesión en 1982 elaboró un Plan Nacional de Desarrollo en el que la “revolución educativa” estuvo inscrita como uno de sus principales elementos. No obstante, este autor señala que el gobierno de Miguel de la Madrid tuvo que enfrentar una fuerte crisis económica que lo orilló a reducir el gasto destinado al sector educativo. La crisis también afectó la demanda de escolaridad en la población de menores ingresos y acrecentó sus niveles de reprobación escolar. En esas condiciones, el sistema educativo mexicano interrumpió las tendencias expansivas que lo habían caracterizado en décadas anteriores.

En 1983 Miguel de la Madrid presenta el “Programa Nacional de Educación, Recreación, Cultura y Deporte” que destacaba entre sus principales objetivos y políticas estratégicas para mejorar la educación: ofrecer un año de educación preescolar a todos los niños de cinco años de edad, descentralizar la educación y reformar los estudios de educación normal. Así mismo, este programa introdujo el concepto de calidad como un elemento central para consolidar la política educativa. Este nuevo énfasis marcó la diferencia con los gobiernos anteriores que se habían preocupado exclusivamente por incrementar la capacidad física del sistema educativo, dejando de lado la calidad de los servicios educativos.

Uno de los objetivos más importantes del programa se dirigía a descentralizar la educación básica y normal y a desconcentrar la educación superior. La propuesta de descentralización tenía como antecedentes las medidas de desconcentración administrativa desarrolladas en la administración anterior, las cuales habían permitido mayor coordinación entre los gobiernos locales y el gobierno federal. De esta forma se establecieron acuerdos de coordinación entre ambos órdenes de gobierno que implicaron la creación de consejos estatales de educación con representación de las autoridades federales, estatales y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). De la misma forma, la estrategia de descentralización admitió el establecimiento de direcciones generales de servicios coordinados en cada entidad y otros órganos de coordinación. El objetivo de la descentralización fue transferir los servicios educativos (niveles preescolar, primaria, secundaria y normal) del gobierno federal a los gobiernos de los estados.

Correspondió a Jesús Reyes Heroles (secretario de la SEP) a emprender una nueva revolución educativa. Después de escuchar los reclamos sociales sobre un cambio para regresar a la educación su utilidad en la vida y reconstruir los mecanismos de movilidad social que se habían perdido dentro de una sociedad cada vez más compleja, masificada y exigente, donde la enseñanza mostraba fuerzas insuficientes para sostener su calidad.

Se imponía una revolución educativa que atacara a fondo los males provocados por la masificación, la burocratización y el bajo nivel en la formación magisterial. Una revolución que diera oportunidad de avanzar a ritmos acelerados en favor de la descentralización del sistema educativo nacional, permitiendo regresarle paulatinamente a los estados la responsabilidad educativa y de esa manera incrementar la capacidad de maniobra para resolver el rezago educativo del país.

Para Reyes Heroles el hilo conductor de la política educativa mexicana fue siempre el reconocimiento de una relación dialéctica entre la sociedad y la educación, en donde la sociedad orienta a la educación y dicta sus características; a su vez la sociedad es guiada por la educación y es ésta la que siembra los proyectos que demanda el futuro.
Revolucionar la educación equivalía a combatir desigualdades sociales y regionales, sobre todo las existentes entre el sector rural y el urbano; permitiendo que la educación, mediante una creciente participación democrática, volviera a ser el medio capaz de suprimir o reducir desigualdades de origen.

Se requería una revolución en materia educativa que cambiara los usos y las prácticas imperantes de la actividad educativa; que fuera un movimiento caracterizado políticamente por buscar la participación de la comunidad educacional en su conjunto y la solución de los problemas que afectaban a la propia comunidad. Un movimiento con profundo contenido moral en tanto que la enseñanza daría nuevamente oportunidad de vincular el saber con el deber, al mismo tiempo que permitía realizar el sentido y esencia éticos del conocer y el saber. Así, también se trataba de un cambio administrativo que iniciaba con la modificación de métodos y sistemas, que empezó por revolucionar conciencias.

La densidad social y económica del país, y la hipertrofia educativa eran elementos suficientes para emprender la revolución educativa. Un movimiento sustentado en la necesidad de elevar significativamente la calidad de la enseñanza a partir de dos criterios rectores: la mejor formación de los profesores y la descentralización del sistema educativo.

Fuentes Consultadas:
http://www.diputados.gob.mx/cesop/Comisiones/2_educacion.htm#_ftnref13
http://www.anuies.mx/servicios/p_anuies/publicaciones/revsup/res103/txt5.htm
http://www.rieoei.org/rie48a07.htm

1 comentario:

  1. Lo más importante en las lecturas, es el análisis y reflexión de las mismas creo que tu si alcanzaste el objetivo al verse plasmadas tu ideas en este escrito
    ¡ Muy Bien!.

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